lunes, 19 de mayo de 2008

Educacion Romana





Hasta el siglo II a.C., la educación de la antigua Roma se limitaba lo que podía enseñar el padre. Se basaba en el respeto a las costumbres.
Hasta los siete años la madre se encargaba de la educación de los hijos, pero a partir de los siete, el padre tomaba la responsabilidad de la educación. Éste le enseñaba a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra, también le impartía los fundamentos de la moral, la religión y el conocimiento de la ley.

El niño acompañaba a su padre a todas partes, al campo; mientras la niña, seguía bajo la tutela de la madre, quien le instruía en los tejidos y en las labores domésticas.


TIPOS DE NIVELES DE EDUCACIÓN


El sistema educativo griego es implementado por los romanos, de esta manera, gran parte de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos; comienzan a enseñar en las calles.
La educación romana, se divide en tres niveles:

• Elemental
• Medio
• Superior

La primera ocupa los niños desde los siete hasta los once años. Ésta educación podía recibirse en casa, con maestros particulares o en la escuela del “literatos”, éste tipo de educación era para todos.
La segunda, era impartida por el “grammaticus”, acogía a niños y niñas de doce a dieciséis años. A este nivel de educación solo tenían acceso las personas privilegiadas o ricas.
La tercera etapa, era la enseñanza superior, y era impartida por el “rhetor”, quien era generalmente griego. Quien llegaba a este grado de estudios, era porque se dedicaría a la vida pública y la oratoria.
Al finalizar los ejercicios preparatorios, el alumno se ejercitaba en la declamación, de las cual se distinguían los siguientes dos géneros:

1. SUASORIAE: discurso sobre temas históricos. Eran monólogos en los que personajes famosos de la historia valoran el pro y el contra antes de tomar una decisión.
2. CONTROVERSIAE: discusiones entre dos escolares que defendían puntos de vista contrarios sobre temas judiciales muy variados.

LOS DEBERES Y DERECHOS



LOS PROFESORES

Asuma todo con espíritu de padre con respecto a sus alumnos, y piense que está en el lugar de aquellos que les han confiado a sus hijos. No tenga él vicios, ni los tolere. No sea desagradable su actitud austera, no sea excesiva su familiaridad; no vaya a ser que nazca un odio y desprecio. Habla mucho de honestidad y bondad, pues cuantos más avisos de el, menos castigará. No se deje llevar nunca por la ira, pero tampoco deje pasar lo que se debe corregir. Sea sencillo en su enseñanza, sufridor del trabajo, esté siempre cercano, pero no en exceso. Responda gustoso a los que le preguntan, a los que no le preguntan, pregúnteles de repente para ver cual es su estado de aprendizaje.

LOS ALUMNOS


Amen a sus maestros a lo mismo que aman a sus estudios, y crean que son sus padres, no físicamente hablando, sino en el plano intelectual. Este deber hacia el maestro ayudará mucho al estudio, pues los escucharán mejor y creerán en sus palabras, y desearán vivamente parecerse a ellos. Finalmente vendrán contentos y entusiasmados a las reuniones de las escuelas, no se enfadarán cuando se les corrija, se alegrarán cuando se les alabe, y se dedicarán al estudio para ser los más queridos “RECUERDEN LOS NIÑOS SON ESPONJAS QUE TODO LO ABSORBEN Y LO PONEN EN PRACTICA”.




MAPA CONCEPTUAL ROMA REPUPLICANA Y ROMA IMPERIAL





















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